Y el tiempo paso, y los meses, se convirtieron en años. Y fuimos creciendo, madurando, y pasamos a vivir etapas distintas. Y hoy, cada uno de nosotros tomo un camino distinto, pero a pesar de eso, vos seguís a nuestro lado. Al lado de cada uno de nosotros, recordándonos como debemos de vivir la vida, porque nunca sabremos cuando se termina. Aunque a veces me enojo con ella misma, con Dios, con todo, por lo injusta que es, por haber hecho que vos te pierdas de vivir tantas cosas, tantas experiencias, tantas etapas. Y cada vez que pasamos por algo nuevo, en lo primero que pienso, es en ti, y en lo que habrías hecho, y en lo que no pudiste hacer. Pero si te tuviste que ir, fue porque tu misión, ya se había cumplido en esta tierra. Gracias por el aprendizaje que dejaste en cada uno de nosotros, por unirnos en su momento, por la manera en que ahora, vemos las cosas. Gracias por ser tan buena mina, por esa sonrisa que siempre tenías. Eterna niña, pequeña princesita. Tan frágil, tan hermosa, que Dios y los ángeles estuvieron celosos, y te llevaron con ellos. Y aunque ya pasó bastante tiempo, no te deje de pensar ni un día, y estoy segura que los demás, tampoco. Me quedo con lo mejor de tu recuerdo, siempre, dentro de mí. Y hoy sonrío, porque se que estás bien, rodeada de amor y de paz, y de que nada malo te puede pasar. Cuidándonos con esa sonrisa tuya, y dándonos tranquilidad, de que todo está bien. Hasta siempre Princesita.
Mis pequeños soñadores ♥
Mis pequeños soñadores ♥
domingo, 28 de noviembre de 2010
Y el tiempo paso, y los meses, se convirtieron en años. Y fuimos creciendo, madurando, y pasamos a vivir etapas distintas. Y hoy, cada uno de nosotros tomo un camino distinto, pero a pesar de eso, vos seguís a nuestro lado. Al lado de cada uno de nosotros, recordándonos como debemos de vivir la vida, porque nunca sabremos cuando se termina. Aunque a veces me enojo con ella misma, con Dios, con todo, por lo injusta que es, por haber hecho que vos te pierdas de vivir tantas cosas, tantas experiencias, tantas etapas. Y cada vez que pasamos por algo nuevo, en lo primero que pienso, es en ti, y en lo que habrías hecho, y en lo que no pudiste hacer. Pero si te tuviste que ir, fue porque tu misión, ya se había cumplido en esta tierra. Gracias por el aprendizaje que dejaste en cada uno de nosotros, por unirnos en su momento, por la manera en que ahora, vemos las cosas. Gracias por ser tan buena mina, por esa sonrisa que siempre tenías. Eterna niña, pequeña princesita. Tan frágil, tan hermosa, que Dios y los ángeles estuvieron celosos, y te llevaron con ellos. Y aunque ya pasó bastante tiempo, no te deje de pensar ni un día, y estoy segura que los demás, tampoco. Me quedo con lo mejor de tu recuerdo, siempre, dentro de mí. Y hoy sonrío, porque se que estás bien, rodeada de amor y de paz, y de que nada malo te puede pasar. Cuidándonos con esa sonrisa tuya, y dándonos tranquilidad, de que todo está bien. Hasta siempre Princesita.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario