Traductor

English French German Spain Italian Dutch Russian Portuguese Japanese Korean Arabic Chinese Simplified

Widget ofrecido por www.ayudaparamiweb.com
Mis pequeños soñadores ♥

Mis pequeños soñadores ♥

sábado, 4 de junio de 2011

Comer, Rezar, Amar

Hace un tiempo empecé a leer el libro Comer, Rezar, Amar. Recuerdo que cuando salió la película, y conocí el libro, estaba en mi pasado (¿pasado?) pro-ana, y considerando todas las consecuencias que acarrea consigo esto, me dieron como escalofríos en cuanto a su nombre. Pero aún así, opté por leerlo. Aunque voy haciéndolo muy lentamente de acuerdo a la forma en la que de verdad acostumbro leer, este libro me parece prometedor y considero que podrá llegar a lograr dentro de mí una verdadera revolución. Que, ciertamente, me vendría muy bien. Siempre me gustó leer, y escribir, claro está. Es más, siempre llevo en mi bolso un libro, así sepa que no voy atener tiempo de leer aunque sea unas páginas, o prefiera dormir en el bus mientras viajo, en vez de devorármelo. Es que realmente es así. Los devoro. Un libro de un tamaño normal no me dura más de dos días sin terminar. Lo que le quita un poco de esa magia tal vez que tienen los libros, sobre eso de ir llevándolo de a poco, pero verdaderamente me ansía el final. Y aunque Eat, pray, love también lo hace, creo que en menor medida. Lo veo allí, encima de aquel almohadón, esperando por mí, esperando abrirme los ojos y mostarme todo aquello que sé me gustaría leer, pero aún así, no. Soy muy exigente a la hora de elegir un libro, porque realmente, si no tiene algo que me llame, no lo leo. A no ser claro, que lo tenga que estudiar.  Pero también me ha sucedido muchas veces que comienzo leyendo alguno no muy convencida, y al llegar a su final, el libro en cuestión me termina fascinando. Tal vez esto deja en claro aquella enseñanza que dice “no juzgues a su libro por su portada” que se refiere a en realidad no criticar ni juzgar a la gente, cuando de verdad no la conocemos a fondo, ni podemos entender el por qué de sus comportamientos o de su forma de ser. Siempre dicen que hay que tener empatía antes de juzgar, y de ponerse en los zapatos del otro. No muchas personas conocen esa palabra:”Empatía”. A mí me la enseñó un amigo, una vez que le pedí si podía comprenderme en una situación en la que nadie lo hacía. Y ciertamente, lo bueno que me hizo. Tal vez tendríamos que tener todos un poco de empatía con el otro, y empezar a usar, y practicar diariamente esta actitud. No es fácil juzgar sin saber lo que hay atrás. Así como con un libro de portada fea, puedes llegar a descubrir cosas maravillosas, con una persona que te parezca no muy interesante, puedes llegar a pasar momentos inolvidables a su lado. Es solo cuestión de pasar a la primer página, y empezar a conocer…




No hay comentarios:

Publicar un comentario